Las primeras etapas de la escolarización son
fundamentales para el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños.
Durante este período, los pequeños adquieren habilidades esenciales como la
lectura, escritura, cálculo y la capacidad de atención, las cuales sientan las
bases para su progreso académico futuro. Sin embargo, no todos los niños
desarrollan estas habilidades al mismo ritmo, lo que puede dar lugar a
dificultades de aprendizaje. Identificar estos problemas tempranamente y buscar
el apoyo adecuado, como el de un psicopedagogo, logopeda o psicólogo es crucial
para evitar que estas dificultades se agraven y afecten negativamente la
autoestima y el rendimiento escolar del niño.
Las dificultades de aprendizaje pueden manifestarse de diversas maneras y no siempre es fácil diferenciar entre una demora en el aprendizaje y un problema más serio. Es importante que los padres y profesores estén atentos a ciertas señales que indican que es necesario consultar con un especialista que podrá evaluar y diseñar un plan de intervención adecuado si así lo considera o establecerá algunas pautas y orientaciones de observación del desarrollo.
- Cuando un niño tiene problemas para articular palabras correctamente, estructurar oraciones o comprender lo que escucha.
- Cuando un niño tiene dificultades para seguir instrucciones.
- Cuando un niño parece estar por detrás de sus compañeros en habilidades clave como la lectura, la escritura o el cálculo.
- Si un niño tiene problemas recurrentes para seguir instrucciones o concentrarse en tareas durante períodos cortos de tiempo.
- Comportamiento frustrado o evitativo: Los niños con dificultades de aprendizaje a menudo experimentan frustración y pueden evitar las tareas que les resultan difíciles, lo que genera un ciclo de bajo rendimiento y baja autoestima.
Consultar con un psicopedagogo permite abordar las dificultades, apoyando no solo el desarrollo académico, sino también el desarrollo emocional del niño.
Detectar y abordar las dificultades de aprendizaje a
tiempo es crucial para evitar que los niños se queden rezagados en su
desarrollo académico y social.
Cuando se detectan las dificultades, el profesional
competente , psicopedagogo, psicólogo o logopeda , dependiendo del área o áreas
del desarrollo establece las sesiones necesarias y las actividades que
refuerzan las habilidades deficitarias y proporciona estrategias
compensatorias. Es esencial que los especialistas trabajen en colaboración con
el entorno escolar y la familia con el fin de establecer criterios y objetivos
concretos de intervención. Los maestros pueden implementar adaptaciones en el
aula, mientras que los padres pueden reforzar las estrategias de aprendizaje en
casa.
Elena Aurrecoechea Mariscal
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